El mítico pivot norteamericano vivió una etapa previa en el baloncesto malagueño, antes de adueñarse de los aros de la ACB con la camiseta del Real Madrid en la década de los 90. Fue precisamente en Málaga donde conoció la devoción andaluza por la Semana Santa, pero su juventud e inexperiencia en aquellas lides le hicieron patinar y vivir esa curiosa anécdota que hoy sale a la luz. Menudo susto, ¿eh, Joe?