Los seguidores de Tamara, entre extrañados y divertidos, alucinaron con una serie de mensajes incomprensibles que fueron apareciendo en su cuenta de Twitter, acompañados de un enlace a un vídeo en el que aparecían unas bolas de colores.
Las respuestas apuntaban a un descuido de Tamara con el móvil, y todas las sospechas estaban sobre la pequeña Shaila como la artífice de esos enigmáticos y divertidos mensajes. Horas después, la televisiva se encargó de borrarlos. ¡Cuidado con dejar abierto el Twitter cuando los móviles caigan en manos de los peques de la casa!